Las sonrisas, los abrazos y la ternura del programa de discapacidad volvió en este 2025

Un sin número de abrazos, reencuentros y muchas sonrisas le dieron la bienvenida al programa de discapacidad de Chía que le dio apertura oficial este 26 de febrero, a la atención a los más de 120 beneficiarios que iniciaron las actividades en el Centro de Discapacidad.
Este inolvidable día, comenzó hacia las 8 de la mañana, con la llegada de las 4 rutas del municipio que traían a los pasajeros más esperados, quienes regresaron nuevamente al lugar que brindará la atención todos los lunes a viernes desde las 8 a.m. hasta las 3 p.m.
La jornada inició con una actividad lúdica en la que se presentó el equipo de trabajo y de atención sicosocial e interdisciplinar, que será el encargado de desarrollar el programa de discapacidad, que brindará calidad de vida a las personas en condiciones diversas de discapacidad y el acompañamiento a las familias.
Como acto protocolar se llevó a cabo una oración que “bendijo” las instalaciones, y posteriormente, se dio paso a las actividades propias del día que fueron complementadas con la presencia de la gestora social de Chía, Blanca Donoso y la secretaria de desarrollo social, Claudia Patricia Bernal.
La gestora social reafirmó la bienvenida con la entrega de artículos, elementos lúdicos, ortésicos y otros insumos que entrarán al inventario del Centro de Discapacidad que complementarán las terapias sicomotrices de los beneficiarios, “estos elementos que traemos los recibimos en el último trueque social y estabán dispuestos para el inicio del programa”, aseguró Blanca Donoso.
Una historia que nunca se perdió
En medio de un “Match” de obstáculos organizado por el mismo programa se encontraba con mirada atenta, Pedro Pardo, un adulto que conforma este grupo de discapacidad, y que fue conocido en los últimos meses del año 2024 por haberse perdido en la sabana de Bogotá al salir de manera voluntaria de su casa por su su condición mental y la discapacidad que lleva.
Pedro, con una ansiedad que desborda su atención, se toma las manos con una intensidad que casí contagia, mientras cuenta su travesía que lo llevó a darse un “paseo” que puso a las autoridades a buscarlo por cielo y tierra.
Según Pedro, estar perdido por algunas horas le sirvió para descansar un poco de algunas cosas que lo hacen “sufrir”, y a pesar de esto, su regreso a casa le alegró por ver nuevamente a sus hermanos quienes nuevamente lo acogieron en el seno de su hogar.
La historia de Pedro se une a las de más de un centenar de relatos que entre la frustración, el dolor y la euforia repentina, acompañan las instalaciones del Centro de Discapacidad de Chía.
El Centro de Discapacidad
Una casa campestre de las que hicieron a Chía en épocas de antaño como un municipio prestigioso de la sabana, es la sede para acoger en sus bellos jardines a todos los beneficiarios del programa.
Con una estructura acondicionada para alojar a personas en condiciones de discapacidad dotada con los elementos necesarios para sus ocupantes será el hogar que servirá para brindar la atención complementaria que buscan los cuidadores de sus 120 huéspedes.
Para Claudia Bernal, secretaria de Desarrollo Social, ver el inicio de todos los programas de su cartera es un orgullo y un alivio para los beneficiarios que ya tendrán la atención integral y la agenda de esta secretaría en operación plena.
Un reto que no tiene pausa
Para la coordinadora del programa, Tatiana López, conocer cada historia de los beneficiarios es fundamental para adelantar procesos más efectivos que aumentarán la calidad en vida los entornos y las familias.
Por su parte Judith Jiménez, trabajadora social de la Alcaldía de Chía, agrega que el trato diario con esta población deja lecciones que sirven como insumo para impementar transformaciones y nuevos enfoques que le den principalmente un equilibrio a los beneficiarios y sus entornos.
En conclusión, la operación del programa inició con grandes vivencias que serán el día día de estas más de 120 historias.